Siempre me ha costado mirar las ciudades donde vivo. Recorro sus calles, voy al cine, salgo a cenar, de copas (pocas), miro sus escaparates e incluso entro a los museos y monumentos pero me cuesta pararme a mirar, a descubrir rincones y ritmos. Necesito alejarme para poder ver algo. Acabo de ver la exposición de Antonio López y me resulta fascinante su mirada sobre lo más cotidiano, ya sea una alacena, una gran avenida o toda una ciudad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario